Articulo publicado en el Boletín especial 15 años, octubre 2009
Bianca Bauer, voluntaria de Alemania (2009)
Como consecuencia de la Operación Génesis fueron desplazados más de 10.000 campesinos del Bajo Atrato (departamento del Chocó).
PBI habló con Danilo Rueda, un miembro de la Comisión Intereclesial Justicia y Paz que ha estado trabajando en la región de Urabá desde 1996, acerca de la Operación Génesis y la apertura de la oficina de PBI en Turbo.
PBI: ¿Qué recuerda de la Operación Génesis?
Danilo Rueda: La operación militar Génesis se desarrolló en el río Cacarica y en el río Salaquí entre el 24 y el 27 de febrero del año 1997. Fue parte de una estrategia de control de la población y de control territorial a través del desarrollo de la estrategia paramilitar, dirigida por la Brigada XVII del Ejército. Se desarrolló en cuatro vías con bombardeos, ataques por aire y tierra, con el asesinato de Marino López y el desplazamiento forzoso de más de 10.000 campesinos en ese momento.
Marino López era un campesino común y corriente, no era ningún militante de partido de oposición. De acuerdo con lo que nos ha expresado su familia y personas de su entorno más cercano, era una persona tímida, un trabajador del campo, afrodescendiente, participaba poco en la actuación y en el liderazgo comunitario. Tenía una familia bonita, con dos hijos. Lo mataron, porque querían infundir terror y él fue la persona escogida.
Murió decapitado, su cuerpo fue cortado en varias partes, tirado al río y luego de que le quitaron la cabeza, jugaron al fútbol con ella. Es un crimen que ha generado bastante conmoción en las personas que han escuchado el testimonio, se han generado poesías, cantos, música y una reflexión profunda.
PBI: ¿Hasta qué punto ha habido justicia después de la Operación Génesis?
DR: Hubo absoluta impunidad. Hoy está tras las rejas el General Rito Alejo del Río Rojas. El General está vinculado a un proceso judicial por el crimen de Marino López pero este crimen no puede investigarse desconectado del desplazamiento forzado y de la operación paramilitar que se desarrolló en el Bajo Atrato.
PBI: ¿Por qué hay este nivel de represión contra la población civil en esta región?
DR: A través de los desplazamientos buscan despojar de la tierra a los habitantes de la zona y la mayoría ha decidido quedarse en silencio y aceptar el despojo. Ese despojo está asociado a negocios vinculados a la palma, al plátano, al banano, la extensión ganadera y a la deforestación.
La extracción de recursos naturales se da a través de extracciones mineras como ha sucedido en el norte del Chocó, y como puede suceder en el Bajo Atrato. Por otra parte, hay unos proyectos de obras de infraestructura como la carretera panamericana. Se quiere imponer un modelo económico y de sociedad, y la población indígena, mestiza y afrocolombiana que no cabe dentro de las lógicas de ese modelo de desarrollo se tiene que ir o se muere.
PBI: ¿Por qué solicitan el acompañamiento de PBI en 1997?
DR: Nosotros conocemos PBI desde hace quince años, viajamos con miembros de PBI durante su primer ejercicio de exploración antes de decidir a quién acompañar. Inicialmente comenzó nuestro acompañamiento en Bogotá y en algunas actuaciones regionales, pero veíamos que era importante que desarrollaran su labor no sólo con organizaciones de derechos humanos sino también con comunidades víctimas del conflicto, y eso fue que se logró cristalizar en una solicitud que hicimos en 1997 en un encuentro en Alemania. En diciembre 1997 aceptaron crear un equipo de trabajo en el Urabá, que ha sido muy importante para las organizaciones de derechos humanos en la regi�