El 20 de febrero pasado PBI fue invitado al Seminario para los Puntos Focales de Derechos Humanos de las Delegaciones de la Unión Europea organizado en Bruselas por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE). El objetivo de nuestra participación era compartir buenas prácticas y evidenciar los retos que hemos observado a lo largo de 10 años de la implementación de las Directrices de la Unión Europea relativas a los Defensores de los Derechos Humanos.
Desde 2004, año de publicación de dichas directrices, desde PBI hemos hecho referencia a las directrices regularmente, pidiendo a las misiones y delegaciones de la Unión Europea (UE) de los países donde tenemos o hemos tenido proyectos, de tomar acciones para las personas defensoras acompañadas. Hemos podido registrar diversas respuestas que la UE y sus Estados miembros han dado a la situación de las personas defensoras de derechos humanos. Para darle voz a las y los acompañados pero también verificar y completar nuestro análisis, realizamos, entre noviembre de 2013 y enero de 2014, algunas entrevistas con personas defensoras y miembros del cuerpo diplomático en México, Guatemala y Colombia.
En el seminario, pudimos presentar un video con extractos de estas entrevistas. Posteriormente, pudimos compartir nuestras conclusiones con puntos focales de al menos 100 países, 5 representaciones permanentes de los países miembros de la UE en Bruselas así como funcionarios del SEAE y de la Comisión Europea.
Cabe destacar que los defensores entrevistados representan solo una pequeña muestra de las personas que defienden los derechos humanos en estos tres países. Todos han recibido acompañamiento o trabajado de cerca con PBI. Por ende, y a diferencia de la gran mayoría de defensores, han tenido un acceso continuo a la comunidad internacional y hacen parte de los que se han más beneficiado de las directrices de la UE. Dicho esto, las conclusiones a las que llegamos son necesariamente parciales y no representativas de la realidad vivida por la mayoría de los defensores en las Américas.
El 90% de las personas defensoras dijeron estar familiarizadas con las directrices para defensores, pero la mayoría las habían conocido a través de PBI o de otras ONGs nacionales o internacionales. La mayoría no sabía quién, en las delegaciones de la UE, era el punto focal responsable de su implementación. Al menos la mitad de los entrevistados se había beneficiado de las directrices. La Delegación de la UE y las Embajadas de sus países miembros habían tomado medidas específicas para protegerles. Estas medidas iban desde reuniones bilaterales en las sedes de las misiones o de la Delegación, invitación a reuniones multilaterales (de los consejeros políticos de los países miembros de la UE por ejemplo), organización de delegaciones al terreno para visitar defensores y defensoras en sus oficinas y reunirse con autoridades locales, observación de audiencias, mención de casos particulares en los diálogos privados con los gobiernos locales, hasta acompañamiento físico a defensores a su regreso a casa tras un periodo de exilio debido al riesgo y pronunciamientos públicos. En todos estos casos las personas defensoras evaluaron las acciones tomadas como extremadamente útiles y de ayuda para bajar su riesgo.
A pesar de estas buenas prácticas, las personas defensoras entrevistadas identificaron también retos en la implementación de estas directrices:
- El primer reto es la diseminación de las directrices y de las políticas en general de derechos humanos de la UE. Defensores y miembros del cuerpo diplomático entrevistados explicaron que es particularmente difícil alcanzar a las y los defensores comunitarios y de base. El resultado es que las directrices son menos conocidas e implementadas en zonas rurales, ahí mismo donde más riesgo se registra para quienes defienden los derechos humanos. Las personas defensoras entrevistadas recomendaron llevar a cabo más visitas y reuniones con defensores comunitarios y de base.
- El segundo reto identificado por los defensores entrevistados tiene que ver con el seguimiento de las acciones tomadas por la UE y sus miembros. Los consejeros políticos entrevistados también reconocieron que seguir de cerca los casos que les son referidos es difícil debido al alto nivel de rotación del personal y la falta de recursos humanos.
- El tercer reto es una limitación que la misma UE y sus miembros se imponen cuando el riesgo de las y los defensores está ligado a demandas que afectan sus intereses económicos. Las Embajadas entrevistadas explicaron que estaban atrapadas entre dos fuegos: por un lado la promoción de los derechos humanos y por el otro sus intereses comerciales. Las personas defensoras entrevistadas también subrayaron que, a menudo, los intereses económicos primaban sobre los derechos humanos. En el evento del 20 de febrero se reconoció que es necesario buscar una mayor coherencia entre las diferentes áreas de trabajo de las misiones y delegaciones de la UE, particularmente entre intereses comerciales y la obligación de respetar los derechos humanos. Los defensores entrevistados además recomendaron que se activaran de forma previa y temprana los mecanismos previstos por las Directrices en casos donde inversiones europeas estén planeadas. Como primer paso, sería importante que las misiones y delegaciones llevaran a cabo visitas a las zonas y comunidades afectadas por inversiones a gran escala para estar informados de lo que está pasando. Las personas defensoras entrevistadas también recomiendan que los Estados miembros de la UE exijan a las compañías provenientes de sus países de respetar los derechos humanos y en especial de consultar a las comunidades indígenas afectadas por megaproyectos. Sugieren también que las misiones y delegaciones convoquen a mesas redondas que reúnan a compañías, comunidades, defensores y autoridades para facilitar la consulta y un mayor conocimiento del sentir de las comunidades locales afectadas por los proyectos.
Finalmente, más que cambiar las directrices, todas las personas defensoras entrevistadas pidieron una implementación mucho más activa de las actividades ya previstas en este marco. En base a su experiencia, los y las defensoras sienten que algunas acciones son más efectivas que otras y recomiendan en especial: (1) difundir más y hacer públicas las acciones tomadas a través de comunicados de prensa o artículos en sus páginas web; (2) hacer más uso de declaraciones públicas que apoyen el trabajo de los y las defensoras y pronunciarse públicamente en caso de graves amenazas u otros ataques en su contra. Una campaña pública que reconozca su importante rol, en particular el de las mujeres defensoras, sería una importante medida para legitimizar y respaldar su trabajo; (3) observar más audiencias y juicios. Cada vez más defensores enfrentan acusaciones legales, en especial defensores de los derechos económicos, sociales y culturales así como defensores rurales. La observación de juicios de defensores criminalizados puede ayudar a revertir esta tendencia y asegurar que se cumplan con los estándares internacionales del debido proceso; (4) hacer más transparente e involucrar más a las y los defensores y las organizaciones de la sociedad civil en la definición e implementación de las políticas de la UE en derechos humanos como las Estrategias País, pero también los Diálogos en Derechos Humanos entre la UE y Estados terceros. Esto es algo que se ha ido mejorando en el caso de México y que se podría replicar en otros países.
En el evento también tuvo la palabra Stavros Lambrinidis, Representante Especial para los Derechos Humanos de la UE. En su intervención pidió explícitamente que las delegaciones aprovechen el décimo aniversario de las Directrices para defensores para organizar eventos públicos que se enfoquen en las personas defensoras y su situación, teniendo en cuenta que la UE ha puesto el respeto a los derechos humanos como punto central en la definición de sus políticas internas y externas.
Agradecemos al SEAE por el espacio y por permitirnos presentar nuestro análisis. Esperamos que las buenas prácticas compartidas durante el seminario puedan ser replicadas en otros países y que la identificación de los retos que aún quedan por resolver permita seguir caminando hacia una mejor implementación de las Directrices de la UE para Defensores.