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Segunda Declaración de Iximche’

Segunda Declaración de Iximche’

*PBI GUATEMALA NO SE IDENTIFICA NECESARIAMENTE CON LAS OPINIONES Y CONTENIDO DE LOS ARTÍCULOS Y COMUNICADOS REPRODUCIDOS*

SEGUNDA DECLARACIÓN DE IXIMCHE’

HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO ESTADO PLURINACIONAL

Y UNA NUEVA SOCIEDAD

 

Mujeres y hombres, de distintas edades, provenientes de distintos Pueblos y lugares, nos hemos encontrado en Iximche’, como hace 30 años lo hicieron otros hermanos y hermanas para denunciar ante el mundo la continuidad de la discriminación, represión y masacres, realizadas por los invasores extranjeros y continuada por sus descendientes.

A 30 años de la Primera Declaración de Iximche’, de la Masacre de la Embajada de España y de la Gran Huelga de la Costa Sur, siendo el inicio del Nuevo Año Maya, Julajuj Kej, miembros de diferentes Pueblos de Guatemala, nos reunimos para rendir homenaje a miles de compañeras y compañeros muertos y desaparecidos por el ejército asesino, durante la guerra popular.

Igualmente queremos que este encuentro sirva para reivindicar la lucha de las y los que han sido asesinados, perseguidos y encarcelados después de la firma de los Acuerdos de Paz, por el hecho de organizarse y denunciar el sometimiento, el despojo de nuestras tierras por parte de los grandes ricos nacionales y extranjeros, en complicidad con el Estado que, a través del gobierno, impulsan el proyecto criminal capitalista y neoliberal y han abandonado la ruta que trazaban los Acuerdos de Paz.

Hace 30 años, algunos días después de la Masacre de la Embajada de España, nuestros hermanos y hermanas hicieron un recuento de luchas y agresiones. Sin embargo, lejos estábamos de imaginar la acción del ejército asesino que, para defender los interese de los ricos nacionales y extranjeros, borraron del mapa a 440 aldeas. La tierra arrasada y las seiscientas veintiséis masacres cometidas para defender un sistema injusto, desplazaron a un millón de personas dentro de Guatemala; más de cien mil hermanos y hermanas tuvieron que cruzar las fronteras y convertirse en refugiados por más de diez años; cuarenta y ocho mil guatemaltecos y guatemaltecas fueron arrancados de sus familias y pasaron a formar la larga y dolorosa lista de desparecidos y desaparecidas que, hasta ahora, no sabemos dónde quedaron sus restos. A lo anterior se suman las miles de cuerdas de producción destruida, miles de animales robados o quemados, nuestros ranchos destruidos y decenas de miles de viudas y huérfanos. Todo esto es el precio que tuvimos que pagar por el delito de soñar una Guatemala distinta, de reclamar justicia, de rebelarnos contra la opresión, de armarnos y seguir el ejemplo de nuestros abuelos y abuelas como Kaji’ Imox que, en estas tierras, se alzó durante alrededor de veinte años en contra del extranjero invasor.

En 1996 se firmaron los Acuerdos de Paz, pero las agresiones en contra de nuestros pueblos indígenas no han terminado. Decenas de desalojos violentos, cientos de órdenes de captura, hermanos y hermanas capturados y en prisión y, nuevamente, muertos y heridos son el resultado de una política de represión desarrollada por los gobiernos y pagada por los empresarios, para defender sus intereses.

Pero ahora, al igual que nuestros antepasados, queremos proclamar que a pesar de que arrancaron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas y quemaron nuestro tronco, no pudieron matar nuestras raíces y hoy seguimos en pie de lucha.

Los que estamos presentes nuevamente en nuestra ciudad maya de Iximche’, somos sobrevivientes del genocidio que aplicó el Estado a través de su ejército; somos hijas e hijos, nietas y nietos de esos grandes hombres y mujeres que con pensamiento libertario soñaron otra sociedad diferente, sin explotación y racismo para ellos y para las futuras generaciones.

Ellas y ellos entendieron que este Estado fue creado para beneficiar y proteger los intereses de los grandes ricos de este país y resguardar la riqueza de estos grupos de poder, y que este Estado fue capaz de acabar con vidas de hombres y mujeres, de niñas y niños, de ancianas y ancianos eliminando comunidades completas con tal de mantener la explotación y el racismo.

Es importante seguir denunciando que la aplicación de la estrategia de contrainsurgencia desarrollada por el Estado, a través su ejército, fue con la intención de eliminar todo pensamiento que cuestione la explotación bárbara hacia los trabajadores, eliminar el pensamiento que busque la justicia, la igualdad, el respeto a la identidad, la cosmovisión de nuestro pueblo maya; por eso podemos decir que el genocidio también fue contra la inteligencia de hombres y mujeres.

En este caminar histórico por nuestra liberación, nuestro pueblo ha contado con la participación de otros sectores como el papel importante que jugó el movimiento estudiantil que hicieron de la educación herramientas de liberación, a pesar de la represión y el descabezamiento de sus dirigentes, así como también la clase obrera, el campesinado y el campesinado indígena que encarnan las contradicciones entre patrón y trabajador; entre la lógica capitalista de acumulación de riqueza en pocas manos y el empobrecimiento de las grandes mayorías. De la misma forma, la participación de sectores cristianos, católicos y evangélicos que hicieron de la predicación bíblica espacios de reflexiones para denunciar la violación de los derechos humanos del pueblo y de los pueblos indígenas en particular. Estos cristianos fueron en contra de los postulados de sus iglesias que pregonaba el apaciguamiento de la lucha colectiva.

A lo largo de estos 30 años los Pueblos indígenas hemos acumulado valiosas experiencias y hemos dado un aporte fundamental para las luchas presentes y futuras y para la historia de Guatemala.

Forjamos organizaciones que han dejado su huella en la historia del país; participamos en miles de movilizaciones, como la realizada el 12 de Octubre del 2009, donde los pueblos indígenas por primera vez en la historia, cerramos las entradas a la Ciudad Capital, a pesar de que en estas actividades perdió la vida nuestro hermano Ilmer Orlando Boror Zet de 19 años de edad, proveniente de San Sacatepéquez. Estas movilizaciones han sido para reclamar nuestros derechos y defender nuestro territorio y con ellas hemos hecho temblar a los opresores.

Desarrollamos nuestras propias formas de autogobierno basadas en principios distintos del sistema de injusticia y opresión que prevalece en Guatemala, por eso el día de hoy, en diferentes lugares se han instalado nuestras autoridades, con la intención de recuperar las formas de gobierno ancestral; iniciamos el camino para recuperar la tierra y territorios que con engaños le robaron a nuestros antepasados; hemos defendido y desarrollado nuestros idiomas, nuestras culturas y nuestra cosmovisión ante un sistema que trata de anular nuestra identidad como pueblos; aportamos nuestros conocimientos y nuestra experiencia en centenares de propuestas que siempre han encontrado oídos sordos o que los poderosos han pretendido utilizar para dar un barniz a intereses particulares de politiqueros o empresarios. Ante las injusticias hemos levantado nuestra voz y nuestro puño en cientos de levantamientos y acciones de resistencia y, cuando ha sido necesario, nos hemos alzado en armas y empujamos la lucha guerrillera para impedir la consolidación de un proyecto militar de muerte. Somos las hijas y los hijos de un pueblo rebelde, aguerrido y combativo que sabe escuchar y respetar, pero que también tiene dignidad y sabe luchar.

A lo largo de estos años nuestros pueblos han dado importantes luchas que han marcado nuestra historia y han aportado a la lucha e historia de los Pueblos de Abya Yala. Nos referimos al papel desarrollado para la celebración del Segundo Encuentro Continental Quinientos Años de Resistencia Indígena, Negra y Popular que marcó un nuevo protagonismo de los pueblos indígenas; a la campaña por el Premio Nobel de la Paz de 1992 que significó un reconocimiento al Pueblo Maya y a los pueblos y nacionalidades originarios de Abya Yala; la realización de la III Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas y actualmente, las luchas en contra de la exploración y explotación minera, petrolera y construcción de grandes hidroeléctricas que despojan a nuestras comunidades y se apropian del agua, subsuelo, plantas y animales.

Hemos expresado nuestro rechazo a este saqueo, en diversas consultas comunitarias que han trascendido nuestras fronteras y aportamos a las luchas y la historia de resistencia que los pueblos indígenas estamos librando en todo el continente. Todo esto y las luchas que frontalmente, hombres y especialmente mujeres hemos librado, en contra de los opresores, represores y despojadores de hoy, son expresión de que los pueblos indígenas nunca dejamos de luchar; somos descendientes de generaciones en resistencia y por lo tanto, somos forjadores de un mundo diferente al sistema capitalista.

A 30 años de la I Declaración de Iximche’, en el territorio del pueblo maya se están dando acontecimientos que es necesario que las generaciones actuales y futuras conozcan para que no sea manipulado su pensamiento:

    1. El Estado sigue siendo represivo ante las demandas de los pueblos indígenas en contra del racismo, la explotación, la tenencia de la tierra en pocas manos y el despojo de la tierra a nuestras comunidades, que siguen siendo los problemas estructurales fundamentales de nuestra sociedad.

2. Desde el Estado existe toda una maquinaria política, ideológica y militar que ha sido articulada para mantener el sometimiento a nuestros pueblos; ha adecuado leyes y pretende cambiar la Constitución para legalizar el saqueo y el despojo.

3. El Estado sigue estando al servicio de los grandes ricos nacionales y transnacionales; las instituciones como el ejército y la policía sirven para la represión y el ministerio público sirve para perseguir, capturar y encarcelar a los dirigentes que se oponen al proyecto de los grandes ricos como Montana, Cementos Progreso, Maya Níquel, Proyecto Marlin, Compañía Guatemalteca de Níquel, ENEL, Minas de Guatemala S.A., Solel Boneh, Proyecto Minero Cerro Blanco, Entre Mares, Hidroeléctricas: Tres Niñas, Xalalá, Palo Viejo y otras; Guatemala Cooper S.A. Compañía Minera El Cóndor y demás empresas nacionales y transnacionales.

4. La corrupción, la explotación, evasión de impuestos, la privatización y despojos, sigue siendo la lógica de enriquecimiento de los grupos de poder.

5. Para detener y tergiversar las demandas de los pueblos indígenas e imponer y profundizar el modelo neoliberal, el Estado y los ricos hacen uso de la criminalización a través de los medios de comunicación, nos llaman terroristas mientras ellos crean bandas paramilitares, impulsan la represión, el asesinato, la persecución y la exacerbación de las contradicciones entre comunidades. El gobierno actual y sus antecesores, con la política neoliberal, han causado ya tantos muertos en diferentes pueblos y comunidades de nuestro país. Contra cualquier protesta social, de manera inmediata, se manda a asesinar o se aplican órdenes de captura, inclusive contra mujeres como en San Miguel Ixtahuacán y otras regiones y sectores del país; se decreta el estado de prevención como ha sucedido en San Marcos, Coatepeque, San Juan Sacatepéquez, Huehuetenango y otros lugares, donde las fuerzas represivas del Estado, al servicio del poder económico, actúan con toda impunidad.

  1. La impunidad se sigue fortaleciendo, prueba de ello es que quienes cometieron el genocidio en contra de nuestros pueblos, se acogen a una inmunidad de hecho y ahora están en el Congreso de la República, gozando de buenos salarios y algunos hasta pretenden ser los futuros mandatarios, sin haber saldado la cuenta del genocidio que cometieron en contra de nuestros pueblos.

  1. La política interna y externa de Guatemala está condicionado a la política geoestratégica de los intereses del imperialismo norteamericano, por tanto el gobierno y las instancias estatales se ponen al servicio de esos intereses.

  1. Este Estado para legitimar su política neoliberal se ha valido de la utilización de supuestos dirigentes indígenas y ladinos que por migajas de los ricos, se dejan utilizar para lavar la imagen del gobierno neoliberal.

  1. En la actualidad, en los próximos meses y años, para los pueblos indígenas se cierra nuevamente una política de despojo, de represión por la voracidad de las grandes empresas, nacionales y extranjeros, del narcotráfico que ya es parte de la estructura de poder y corrupción y son los interesados en explotar las riquezas de nuestra Madre Tierra.

  1. En la actualidad se reconfigura de manera más agresiva la forma finquera del Estado, con el mantenimiento del monocultivo del café y la expansión de la palma africana y caña de azúcar para agro combustibles que expulsan a campesinos y campesinas de las tierras de sus antepasados, empujándolos a la migración y que tiene como sustento la explotación y esclavitud de hombres, mujeres, niños, ancianos, soportando trabajos mal remunerados, con horas que sobrepasa lo estipulado en las leyes de trabajo y en condiciones denigrantes.

  1. En el mes de marzo 2007, nuestro pueblo maya, en esta misma ciudad de Iximché demostró una resistencia frontal en rechazo a la presencia del genocida George W. Bush, ex presidente de los Estados Unidos y representante del sistema capitalista norteamericano, promotor del Tratado de Libre Comercio y el plan Mesoamérica e impulsor de las guerras en el mundo. Días después nuestros guías espirituales mayas se vieron en la necesidad de limpiar el espacio donde caminó ese personaje de muerte, ya que nuestros pueblos son amantes de la armonía, la paz y del respeto

NUESTRAS PERSPECTIVAS DE LUCHA Y RESISTENCIA

Representantes de comunidades y organizaciones presentes en este encuentro para la II DECLARACIÓN DE IXIMCHE, hombres y mujeres, nos comprometemos a seguir organizándonos en la lucha de liberación como único camino para romper las cadenas de opresión y explotación de nuestros pueblos.

Para esto debemos prepararnos, como pueblos y comunidades, para la defensa de los derechos de nuestra Madre Tierra que para nuestros pueblos es el espacio donde creamos y recreamos nuestra identidad, nuestra cultura, nuestros idiomas, nuestra cosmovisión y espiritualidad que han sido un soporte a nuestra resistencia; sin ese espacio territorial dejaríamos de ser pueblos. La cosmovisión es la base filosófica que nos permite comprender que todo lo que hacemos está vinculado con nuestro entorno, por eso aportamos al mundo la comprensión de que nuestra vida está relacionada con las energías y el movimiento del cosmos, entorno con el cual debemos de vivir y relacionarnos con equilibrio y respeto y por ello reafirmamos que también la Madre Tierra tiene vida y somos parte de ella. Por eso hacemos referencia al cosmocimiento, cosmosentir y cosmovivir.

Estamos plenamente convencidos que la fase en la que se encuentra actualmente el sistema capitalista neoliberal, es la más agresiva desde su nacimiento, ya que necesita el control del planeta para explotar los recursos humanos y materiales lo que afecta a pueblos enteros del mundo, sin importar credo, identidad como Pueblos; sobre todo agrediendo y acabando con la vida de la Madre Naturaleza, a través del saqueo, las guerras genocidas de ocupación que está impulsando el imperialismo de los países desarrollados de Norteamérica, Europa y Asia en el Medio Oriente y en otras partes del mundo; la agresión en contra de los gobiernos progresistas, en el sur del Abya Yala, que impulsan nuevas relaciones entre pueblos y gobiernos.

La situación para nuestro pueblo maya de aquí en adelante está bien clara: el Estado seguirá dividiendo a nuestras comunidades para debilitar la resistencia, seguirá aprovechando el empobrecimiento de nuestros pueblos para manipularlo a su favor. En lugar de respeto, lo que harán será burlarse de la dignidad de nuestros pueblos, de nuestra espiritualidad y nuestros abuelos y abuelas, con hechos como el nombramiento de un embajador de los pueblos indígenas, la firma del tratado de Libre Comercio en Tikal con la participación de Michelle Bachelet, que ha reprimido al Pueblo Mapuche en Chile o la utilización por parte del INGUAT del lanzamiento, como propaganda turística del 13 Baktun. Las pequeñas migajas de los programas de gobierno son la estrategia clara para evitar estallidos sociales; las cosas que distribuyen seguirán siendo una pequeña migaja para el campesinado indígena y ladino pobre, con la clara intención de hacernos más dependientes de las grandes empresas productoras de estos materiales y una mayor contaminación a la Madre Tierra.

Para enfrentar el proyecto global neoliberal, necesitamos globalizar nuestras luchas como pueblos, globalizar la resistencia, globalizar las demandas, coordinar nuestras acciones recuperando la solidaridad y la unidad de acción que nos han enseñado nuestras comunidades y sus dirigentes.

Por eso creemos en la necesidad de la articulación con otros movimientos sociales y pueblos indígenas del continente que enfrentan los mismos problemas, que aspiran a la paz y la igualdad.

Estamos plenamente convencidos que los pueblos indígenas tenemos propuestas diferentes al sistema capitalista, que ha demostrado que nunca ha sido perspectiva para la humanidad y para la vida de la Madre Tierra, ya que la lógica de este sistema entra en contradicción con la organización y la vida de los pueblos indígenas; el individualismo y la propiedad privada, base del capitalismo son contrarios a la unidad comunitaria y la propiedad comunal; la explotación de los recursos naturales está en contra de nuestra visión sobre el respeto a la Madre Tierra; la corrupción esta en contra de la transparencia comunitaria y la explotación de unos seres humanos sobre otros está en contra de la realización plena de las personas.

Por eso no estamos solamente proponiendo cambiar a las personas que están en el gobierno o que controlan las instituciones del Estado; nuestra propuesta va más allá. Nuestra propuesta es la de un proyecto político que sea totalmente diferente al modelo capitalista, en donde esté presente, en la práctica y el pensamiento de los seres humanos, el respeto a todos los elementos de la Madre Naturaleza, como el camino que nos permita salvar al planeta ante la inminente destrucción a la que la ha llevado el sistema de dominación.

Planteamos que es necesario que la producción nacional sea para satisfacer directamente las necesidades de las familias y comunidades guatemaltecas y no para un pequeño grupo de empresarios nacionales y extranjeros. Que dejen de existir grandes extensiones de tierra en manos de unos cuantos terratenientes mientras decenas de miles, padecemos hambre y vivimos en la pobreza porque no tenemos la tierra suficiente para producir nuestros alimentos; que se recuperen y respeten las tierras, nacimientos de agua y bosques comunales; que además de producir, podamos dirigir la producción y que el fruto de nuestro trabajo, en campos y ciudades, no vaya a parar al bolsillo de unos cuantos, sino que regrese a quienes lo hemos producido y retribuya nuevamente a la Madre Naturaleza. Proponemos la construcción de un nuevo Estado basado en el respeto como principio de convivencia entre los seres humanos y nuestro entorno; la justicia social, la Vida y la dignidad de los Pueblos y las personas; que se base en un nuevo poder local que tenga como principio básico la participación. Que ese nuevo estado sea expresión de la identidad, cosmovisiones y diversidad de pueblos y culturas que habitamos Guatemala, con instituciones y leyes que transformen las relaciones de injusticia, opresión y explotación que hemos vivido en los últimos quinientos años y que nos permita florecer y dejar un fruto para nuestras futuras generaciones.

En esta Segunda Declaración de Iximche’, queremos manifestar nuestra más amplia solidaridad con el proceso que vive el pueblo Boliviano que está construyendo el Estado Plurinacional y demostrando al mundo que otra forma de vivir es posible; al igual nuestra solidaridad a los pueblos y gobiernos que con dignidad se están desligando de la política de los Estados Unidos y del sistema capitalista neoliberal.

Los Pueblos Indígenas de Guatemala, junto a las organizaciones campesinas, de estudiantes, obreros, cristianos y demás sectores, ante las agresiones del Estado y las empresas, proclamamos nuestro derecho a la defensa legítima de nuestra vida, organizaciones y comunidades, a la refundación del Estado y a la construcción de una sociedad basada en los valores y principios de nuestros pueblos, en la justicia, la solidaridad y la dignidad.

De la Resistencia al Poder

Iximche’, Julajuj Kej

Iximché, Tecpán Guatemala, 22 de Febrero de 2010.